Escrito por: Marìa Fernanda Leòn
LA VIRGINIDAD DEVALUADA Y EVALUADA
Socialmente una mujer se denomina virgen, cuando aun mantiene intacto su himen (membrana que, en general obstruye parcialmente la vagina), y por consiguiente no han mantenido una penetración pene-vagina.
Sin embargo existen mujeres, que han nacido sin himen, o lo han perdido en otras actividades, como: manejar bicicleta, gimnasia, caídas.
La virginidad, antes de la cristiandad, era la forma de describir a la mujer o al hombre que era capaz de decidir por sí mismo y era considerado puro. Luego del cristianismo, esta concepción se convirtió en sinónimo de no sexo, y se pone como ejemplo de castidad a la Virgen María y como senda que ha de seguir toda cristiana que se precie.
Ya desde la antigüedad la virginidad ha sido considerada como algo sagrado. Así, en numerosas culturas se sacrificaba a mujeres puras (como eran denominadas) a los dioses como ofrenda y muestra de respeto y devoción.
Por ejemplo, en México se consagraba el templo de Huitzilopochtli en Tenochtitlán con pan mezclado con la sangre de niños y vírgenes. Y en la antigua Roma, en el año 14 a.C., se ejecutaba a vírgenes para conciliar a los dioses.
Los libros sagrados, guía de muchos millones de personas en todo el mundo, ven la virginidad como un don divino que hay que preservar hasta el matrimonio.
Así, las Leyes de Manu, textos que rigen el hinduismo, establecen que en los matrimonios concertados el hombre puede abandonar a la mujer si ésta llega desflorada al matrimonio.
Y en los textos del Corán recomiendan el matrimonio solamente con una mujer honorable, lo que significa que ésta sea virgen.
En la cultura musulmana es sello de garantía para un próximo esposos, y como referente de honor a sus familiares. En la noche de bodas se realiza el primer contacto sexual, comprobándose así su virginidad si sangraba y manchaba las sabanas, que eran mostradas por el esposo a los invitados que se encontraba aun celebrando, produciendo honor al nuevo cónyuge.
Así como las culturas tienen sus perspectivas, también las religiones le dan un sentido importantísimo, más aun la religión católica, ya que para ello la mujer, debe llegar virgen al matrimonio. A pesar de que en la actual sociedad es muy discutido, pues afirman ser una decisión personal, o no la toman en cuenta, en ese versículo de la Biblia Latinoamericana, en la Carta a los Corintios, nos reafirma el punto de vista de la iglesia católica, ella que proclama así: “ En cuanto a los que se mantienen vírgenes, no tengo mandato especial del Señor...
....Esto me parece bueno en los tiempos difíciles en que vivimos, es cosa buena guardarse así...” la iglesia ha buscado por ello concientizarnos en ese tópico.
Ligado a ello nos encontramos con el gran enigma de la virginidad de la Santísima Virgen María, que ha sido muy discutida por lo filósofos, Doctores, El Papa, entre otros; cada uno sacando sus conclusiones. La creencia de los católicos en ese gran misterio, es por fe, pues nadie puede saberlo, sino, Dios y ella misma, que lo narra en las escrituras en el momento de la anunciación, cuando el Ángel Gabriel le dice: “Serás la madre de el hijo de Dios (Jesús) y ella responde ! Como puede ser eso si no conozco varón!, esta frase es muy expresiva, la palabra conozco, en aquel léxico significaba no haber tenido contacto sexual.
Así como en este versículo en muchos, se recalca la virginidad perpetua de Maria, ya que teniendo como esposo a José, no tuvieron contacto sexual, auque muchos difieran de ello, pero así lo dicen las escrituras, que es palabra de Dios.
En las familias, lo padres, primeros educadores sexuales, (aunque muchos no lo practiquen), no han sabido manejar el termino virginidad, pues no la venden como valor, sino, como un objeto que no debes tocar, pero cuando somos jóvenes estamos en un proceso de búsqueda y conocimiento, llevados por la curiosidad, algo innato en el hombre, que ha creado esa conciencia al libertinaje que veos ahora, “pues lo que se nos prohíbe es lo que debemos violar”.
Todo esto por el mal uso del mecanismo adecuado para la educación sexual, o el no uso, produciendo este ultimo desconocimiento, que conlleva a una conocimiento apresurado. En las escuelas nos educan hacia la prevención y protección de enfermedades o embarazos, pero no dan a conocer la virginidad como una virtud, ya que nos incita a obrar bien y desechar el mal.
El cine, la radio, la TV, presentan como valores, el dinero, la juventud, el sexo, el culto al cuerpo, mientras silencian valores como trabajo, esfuerzo, autoridad, disciplina, sacrificio, ahorro, pureza o virginidad.
Los medios de comunicación son los principales devaluadores de la virginidad, porque han trabajado desde el sexo, como promotor de ventas que han roto los paradigmas en cuanto a valores, que , sino, son reforzados en la familia, los medios por tener persuasión en las masas, terminan por alienarnos.
Las nuevas generaciones han crecido en un ambiente plagado de influencias, para mencionar la Internet y la televisión, que se han convertido en un ventana del mundo, ahí encuentran cosas y respuestas que no se atreven a preguntar; y desde luego, lo sucio, depravado y lujurioso les llama mucho la atención, es la experimentación de algo nuevo.
Cuando hablamos de devaluada, es porque la virginidad como valor, ha ido disminuyendo por antivalores, cuando el matrimonio entró en crisis y dejó de ser para toda la vida, hizo carrera el amor libre, cuando el éxito de toda relación reposaba en el orgasmo, cuando los hijos no fueron imprescindibles, el aborto se tornó una opción masiva, la píldora liberó a la mujer y la virginidad se volvió un juego de azar.
El dominio del yo, pasó al dominio del se, donde este deja de ser persona y sujeto consciente, para ser una cosa entre otras. Los acontecimientos se independizan del hombre y este ya no es el protagonista. Las informaciones están en manos anónimas (medios de comunicación) y pasan hacer cosas entre otras cosas existentes”.
Los nuevos modelos culturales son rápidamente absorbidos especialmente por los jóvenes y esa medida se van despersonalizando. No existen criterios morales valederos, que valgan en sí y por si mismos, que tengan alcance universal.
No existen valores absolutos. Podemos ponernos de acuerdo sobre ciertas cosas, compromisos locales y transitorios. Vivir es experimentar sensaciones, cuanto mas fuertes, intensas y rápidas, mejor. Nada de sentimiento de culpa, nada de bien y de mal, nada de valórese: vale lo que me agrada, y si el sexo nos agrada, la virginidad no cuenta.
Vivir la existencias diminutos instantes placenteros, se convierten en un estilo de vida. Vivir el aquí y el ahora sin necesidad de una meta objetiva a la que se deba llegar. Retirarse al santuario de la vida privada. Narcisismo individual y eventualmente colectivo, ser solidario con el micro grupo de idénticos, refugiarse en el grupo de lo iguales.
Esta falta de valor hacia la virginidad ha gestado la aparición del joven light, un personaje supercificial, inmediatista, lleno de cosas, pero vació de ideales, incapaz de asumir un compromiso, y la virginidad es un compromiso personal y luego de la pareja.
La virginidad presenta un margen de relatividad pues su apreciación va a depender mucho de la capacidad cultural que las personas tengan para apreciarla. A pesar de todo aquello existen jóvenes que mantiene una apreciación valedera y conservan ese compromiso, de manera que la virginidad para ellos ha sido su punto de atención y evaluación.
Muchos piensan que es utópico, pero cuando las cosas están revestidas de valor en la medida en que sirven a la persona en vías de realización, y eso las hace apetecibles, amables, útiles, dignas de aprobación, es decir valiosas.
Si no evaluamos la virginidad apreciando su verdadero valor, en las generación venideras no existirá la palabra virginidad, solo será una membrana más que constituye nuestro cuerpo; el matrimonio será opcional. Sabemos por todo lo visto, que el tema de la virginidad no es tomado en cuenta como un problema de valores morales, que engrandecen a la persona, sino, es visto con una de prohibición sutil de la iglesia católica, que siempre va en contra de las nuevas sociedades en desarrollo y la globalización apremiante.
Muchos afirman no opinar sobre el tema, y aseveran que mantenerse virgen es decisión de cada quien, pues vivimos en una pluralidad ideológica y cultural, flexibilidad de las costumbres , ateismo práctico y fragmentación religiosa. Pero a pesar de pluralidad ideológica podemos rescatar los valores que nos hacen crecer como personas como lo es la virginidad, simplemente queriéndonos y valorándonos a nosotros mismo, recordemos que es un regalo o tesoro que a la hora de darse a la persona elegida será verdaderamente apreciado, los que por circunstancias de la vida ya no son vírgenes no se sientan perdidos, pidan perdón a Dios por ello, y comiencen a caminar por el camino de la abstinencia, y lo que tenemos la virtud de mantenernos puros, luchemos por difundir el valor de la virginidad ha las nuevas generaciones, demostrándoles que si se puede esperar, que el placer pasa pero el amor queda y esta es la más fehaciente prueba de amor.
“FELICES LOS PACIENTES; PORQUE RECIBIRAN LA TIERRA EN HERENCIA” (mateo 5-4).